Aunque las Carnitas son un platillo muy mexicano, sus raíces se remontan a tiempos de la Colonización Europea.
¿Sabías que los españoles trajeron la práctica de cocinar cerdo en grandes cazos? ¡Imagina el crisol cultural que representa cada mordida!
Cocinar Carnitas es un arte que requiere paciencia y dedicación. La carne se cuece a fuego lento en su propia grasa por horas, lo que permite que los sabores se intensifiquen y la carne adquiera una textura irresistiblemente tierna.
En Michoacán, las Carnitas no sólo son una comida diaria; son protagonistas en celebraciones importantes como bodas y bautizos. ¡Nada dice fiesta como un festín de carnitas!
Este delicioso platillo es considerado un patrimonio cultural en Michoacán. Las carnitas han dejado su huella en la cocina de muchos países, adaptándose a los paladares locales pero manteniendo su esencia michoacana.
Las Carnitas son tan versátiles que se pueden combinar con diversos ingredientes para crear tacos, tortas, quesadillas y hasta pozole. ¡Cada combinación ofrece una nueva explosión de sabores!